Fri, Oct 10, 2025
Canciller colombiana renuncia a su visa en defensa de la soberanía nacional
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Canciller colombiana renuncia a su visa en defensa de la soberanía nacional

La ministra de Relaciones Exteriores devuelve su visa estadounidense como gesto de protesta ante la revocatoria del visado al presidente Gustavo Petro. Un acto de coherencia política que reafirma la

  • Publishedseptiembre 29, 2025

La ministra de Relaciones Exteriores devuelve su visa estadounidense como gesto de protesta ante la revocatoria del visado al presidente Gustavo Petro. Un acto de coherencia política que reafirma la autonomía nacional en los escenarios internacionales.

En un gesto firme, sobrio y cargado de simbolismo, la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia presentó la renuncia irrevocable a su visa otorgada por el Gobierno de los Estados Unidos, como manifestación clara de rechazo frente a la reciente decisión de ese país de revocar el visado oficial del presidente Gustavo Petro Urrego.

Más allá de una acción protocolaria o administrativa, la decisión de la canciller se inscribe en lo que ha definido como un acto de coherencia política, un pronunciamiento silencioso pero contundente en defensa de la dignidad nacional y del derecho soberano que tiene Colombia de participar en igualdad de condiciones en los espacios multilaterales.

“La dignidad de nuestra nación no es negociable”, es la frase que marca el tono de su declaración y que resume el espíritu de su renuncia.

La protesta diplomática como herramienta de principios

Lejos de responder con confrontación o con descalificaciones, la ministra optó por un camino más complejo pero más elocuente: la protesta diplomática con sentido ético y político. Su renuncia al visado no es un rompimiento de relaciones ni un cuestionamiento institucional, sino una forma de dejar constancia del desacuerdo frente a una decisión que, en palabras del Ministerio, trasciende lo administrativo y toca los principios esenciales del respeto mutuo entre Estados.

La funcionaria expresó que con la revocatoria del visado al presidente Petro, se ha vulnerado no solo una norma internacional, sino también un acuerdo implícito entre países: el de garantizar que todos los Estados puedan expresarse libremente en los foros globales, independientemente de sus posturas o contextos internos.

Un precedente que interpela al multilateralismo

Este hecho ocurre en la antesala de la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas, evento en el que tradicionalmente los jefes de Estado comparten visiones, propuestas y preocupaciones globales.

La ministra enfatizó que su decisión no busca confrontar a un país específico, sino defender el principio de que ningún Estado —por más influyente que sea— debe decidir quién puede o no hablar en representación de otro. El acto de protestar mediante la devolución de una visa es también una forma de invitar a la comunidad internacional a reflexionar sobre la necesidad de preservar el carácter neutral e inclusivo de los espacios multilaterales.

Lealtad al país y convicción en la diplomacia

En su mensaje de salida, la canciller dejó constancia de haber actuado “con lealtad al país”, y reafirmó que Colombia seguirá adelante con voz propia, defendiendo los valores que históricamente han guiado su política exterior: la autonomía, la paz, los derechos humanos y el multilateralismo respetuoso.

Su renuncia al visado no representa un cierre, sino una apertura: la apertura a un nuevo capítulo en el que Colombia, desde su diversidad y complejidad, reafirma su vocación de diálogo y su capacidad de disentir sin romper, de resistir sin aislarse.

Lo que queda de este gesto no es la renuncia misma, sino el mensaje: Colombia no renuncia a su lugar en el mundo, ni a su derecho de hablar con libertad y dignidad en los escenarios que le corresponden.

Este acto de protesta —sosegado pero firme— recuerda que la diplomacia también se ejerce con gestos simbólicos, y que la soberanía, como la dignidad, se defiende sin necesidad de estridencias.

Written By
Carlos Amaya