Comercios colombianos pierden millones por errores básicos en la gestión del fraude digital

En Colombia, la expansión del comercio electrónico sigue ganando velocidad, pero a la par crece un problema silencioso que golpea con fuerza las finanzas de miles de negocios: el fraude online. De acuerdo con cifras recientes, el país podría estar enfrentando pérdidas cercanas a los US $9,5 billones solo por falsos positivos, un dato que revela la magnitud del impacto y la urgencia de fortalecer los sistemas de seguridad digital.

En un entorno donde vender por internet se ha convertido en un requisito para competir, no una opción, el reto de blindar las transacciones es cada vez más complejo. Tener una tienda virtual permite operar 24/7, reducir costos y ampliar la llegada a nuevos mercados; sin embargo, la falta de preparación en seguridad se está convirtiendo en una trampa para muchos comercios, que terminan perdiendo clientes y dinero todos los días.

La fintech Koin, especializada en prevención de fraude para e-commerce, advierte que tres errores recurrentes están debilitando a los comercios colombianos y frenando el crecimiento del sector.

1. La resignación ante el fraude: un costo invisible que se acumula

Koin ha identificado una tendencia preocupante: muchos empresarios dan el fraude por hecho, como si fuera un costo inevitable de operar en internet. Algunos, incluso, trasladan las pérdidas al consumidor incrementando precios, lo que termina erosionando la confianza y afectando la reputación del negocio.

Alejandro Morón, director de prevención de fraude de la compañía, señala que la tecnología ya ofrece soluciones capaces de anticipar y neutralizar ataques. Herramientas basadas en Inteligencia Artificial, GenAI y Machine Learning permiten analizar millones de datos en tiempo real, detectar patrones anómalos y aprender con cada nueva transacción. “La mejor forma de enfrentar el fraude es con tecnología, no con resignación”, afirma.

2. Los falsos positivos: cuando la seguridad se vuelve un enemigo de las ventas

Otro de los grandes problemas es el exceso de rigurosidad en algunos sistemas antifraude, que terminan bloqueando operaciones legítimas. Este fenómeno, conocido como falsos positivos, es quizá el enemigo más silencioso del e-commerce colombiano.

Según datos de Koin, el 40% de los clientes no vuelve a intentar una compra después de haber sido rechazado por error, lo que representa una pérdida directa para los negocios. Y es que las tarjetas de crédito —responsables del 51% de las compras en línea del país— son el medio de pago más afectado por este tipo de bloqueos.

Solo en falsos positivos, Colombia enfrentaría pérdidas cercanas a US $9,5 billones, una cifra que supera incluso las pérdidas generadas por el fraude real. La causa: algoritmos demasiado estrictos, modelos desactualizados y falta de diálogo entre comercios y entidades financieras.

3. Contracargos: el riesgo silencioso que vacía las cuentas

El tercer punto crítico es la falta de atención y gestión de los contracargos o chargebacks, reclamaciones que permiten a un usuario revertir un pago desde su banco. Aunque muchos son legítimos, otros responden a prácticas de «fraude amigable», donde el consumidor recibe el producto pero solicita un reembolso indebido.

Para los comercios, un contracargo puede significar la devolución del dinero, la pérdida del producto y, en muchos casos, una penalidad bancaria. Sin vigilancia, este mecanismo se convierte en una fuga permanente de ingresos.

Seguridad sin fricción: el verdadero desafío

La clave, según Morón, está en equilibrar seguridad y experiencia del cliente. Los comercios deben ser capaces de identificar en segundos intentos de phishing, compras fraudulentas o uso indebido de información personal, y actuar con precisión quirúrgica. Bloquear lo incorrecto es tan grave como no bloquear nada.

Soluciones como las de Koin buscan precisamente eso: reducir el fraude sin sacrificar ventas, minimizar riesgos y mejorar la conversión en un entorno donde cada clic cuenta.

En un mercado digital cada vez más competitivo, la confianza es el activo más valioso. Ignorar o subestimar los riesgos del fraude ya no es una opción: para crecer, los comercios deben blindarse, adaptarse y apostar por tecnologías que protejan tanto al negocio como al consumidor. La seguridad, más que un gasto, se ha convertido en una inversión imprescindible para el futuro del comercio electrónico en Colombia.