
Gobierno del Cambio invierte más de $37.500 millones para reactivar la navegación turística en el río Magdalena
Han pasado más de 60 años desde que un crucero surcó las aguas del río Magdalena.Se dice fácil, pero seis décadas son suficientes para que una generación entera creciera sin
Han pasado más de 60 años desde que un crucero surcó las aguas del río Magdalena.
Se dice fácil, pero seis décadas son suficientes para que una generación entera creciera sin ver jamás un barco turístico navegando el alma fluvial de Colombia. El río más importante del país, testigo de historias, comercio, cultura y vida, había quedado en el recuerdo de nuestros abuelos y en los libros de historia.
Pero algo cambió.
Hoy, el majestuoso AmaMagdalena, una embarcación de lujo de la reconocida compañía AmaWaterways, surca nuevamente estas aguas. No es solo un barco: es un símbolo. Una travesía que trae de vuelta la esperanza a los pueblos ribereños y nos recuerda que el turismo también puede ser motor de justicia territorial, desarrollo y transformación.
Desde las orillas, niños con ojos brillantes corren para ver pasar el barco. Lo saludan con pañuelos, con risas, como quien ve regresar a un viejo amigo. Y es que eso es el Magdalena para Colombia: un viejo amigo, un corazón que volvió a latir.
¿Cómo se logró este renacer?
Este sueño no se tejió solo. Es el resultado de una apuesta decidida del Gobierno del Cambio, que, a través del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT) y con la ejecución de Fontur, ha impulsado una inversión histórica de más de $37.549 millones de pesos en infraestructura, promoción, competitividad y sostenibilidad en los municipios ribereños.

No se trata solo de infraestructura, se trata de dignidad. De preparar el terreno para que este crucero no solo pase, sino que deje huella.
83 proyectos que cambian destinos y vidas
Estos recursos se han traducido en 83 proyectos que tocan directamente la vida de las comunidades. Obras tangibles como malecones, ciclorrutas, embellecimiento de fachadas, puntos de información turística y recuperación de pueblos palafitos. Intervenciones que no solo embellecen, sino que también empoderan.
Veamos cómo se distribuyó esta inversión histórica:
Atlántico
- Barranquilla: 13 proyectos por $2.054 millones
Magdalena
- Sitio Nuevo: 2 proyectos – $1.856 millones
- Santa Bárbara de Pinto: 2 proyectos – $1.856 millones
- El Banco: 1 proyecto – $1.106 millones
- Subtotal Magdalena: $4.818 millones
Bolívar
- Santa Cruz de Mompox: 10 proyectos – $6.227 millones
- Magangué: 3 proyectos – $784 millones
- Calamar: 3 proyectos – $1.220 millones
- Cartagena: 46 proyectos – $21.298 millones
- Mahates: 3 proyectos – $1.148 millones
- Subtotal Bolívar: $30.677 millones
Esta inversión no solo permite que los turistas vivan una experiencia de lujo a bordo del AmaMagdalena —con capacidad para 60 personas, piscina, gimnasio y gastronomía local—, sino que posiciona a Colombia como un referente en turismo fluvial en América Latina.
Y esto apenas comienza: en diciembre, llegará una segunda embarcación, el AmaMelodia, con capacidad para 64 pasajeros.

Como lo afirmó la ministra encargada de Comercio, Industria y Turismo, Cielo Rusinque: “Esta inversión fortalece la experiencia turística, mejora la calidad de vida de las comunidades y posiciona a Colombia como una potencia mundial de turismo”.
El turismo como herramienta de transformación
Este proyecto demuestra que el turismo no es un lujo: es una necesidad para la reactivación económica, para contar nuestra historia, para sanar heridas y construir nuevas oportunidades.
Colombia vuelve a navegar, y lo hace con dignidad, con visión y con amor por sus territorios.
El río Magdalena no solo vuelve a tener un crucero. Vuelve a tener futuro.
Y eso, sin duda, es un logro de país.
Por: Carlos Amaya – Periodista de Viajes